La temporada de cítricos está llegando a su fin y queremos compartir un breve resumen de los puntos más destacados que nos ha dejado:
Este año, la campaña citrícola ha enfrentado desafíos significativos desde el principio, comenzando por la preocupación por la baja producción debido a eventos climáticos adversos, como el granizo en la región de Castellón/Valencia y la sequía en Córdoba/Sevilla, lo que impactó negativamente en la cantidad de fruta disponible para la cosecha.
Sin embargo, durante el otoño e invierno, el clima fue más benévolo, con escasas lluvias y temperaturas frescas, lo que proporcionó un entorno propicio para la producción de cítricos y mejoró su calidad.
Ha destacado la forma ovalada de las navelinas y una alta incidencia de creasing o clareta en la variedad Lane Late. Por otro lado, en las clementinas, la baja presencia de plagas como tetranychus y deltococcus ha tenido un impacto positivo en su calidad y comercialización.
Finalmente, las exportaciones experimentaron una pausa debido a la baja demanda, los precios elevados y la competencia de frutas provenientes de otros países, lo que afectó al flujo de productos hacia el mercado internacional.
